- Área: 25 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Nobutada OMOTE
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Proveedores: Toto, AGC, Acor, Daiko, Nakamura Paint Industry, TAKEMURA INDUSTRY
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto de restauración de un pequeño espacio comercial, anteriormente utilizado como barbería, fue encargado sin ninguna solicitud en particular por parte del propietario. Situado en el distrito Shirokane de Tokio, la tienda se transformaría en una sala de exposición temporal para una marca de ropa y accesorios. Se han eliminado viejas estructuras de yeso que revelan un espacio simple sin adornos. El proceso de diseño se desarrolló en el mismo sitio con el arquitecto dibujando dentro del lugar.
Lo que noté durante mi estadía fue que la calle frente a la propiedad, una avenida comercial aparentemente desierta, es de hecho populosa en diferentes momentos del día y de la noche, gracias a los grandes edificios corporativos y embajadas cercanas. Sin embargo, este edificio era sombrío, como una cueva.
Dado que la renovada arquitectura será utilizada por un número limitado de personas, expandí positivamente la naturaleza inherente al espacio tal como lo sentí mientras estaba en el sitio, e imaginé cómo el espacio se puede convertir en una cueva —natural como es, y sin ningún uso precondicionado.
De esta manera, traté de ocultar todas las instalaciones para revelar un espacio simple y despojado. El mobiliario está hecho de madera de cedro y resina epoxi, mientras que el eje de la pared posterior, también de madera de cedro, presenta un acabado al fuego y una resina brillante que refleja la profundidad del espacio creando una sensación más amplia. Mirándolo de cerca, podemos ver la textura rugosa de la madera quemada, una impresión que cambia con el tiempo a medida que el material envejece.
La fachada existente, alineada a media altura con una especie de ladrillo decorativo, es muy llamativa en relación con su contexto inmediato. Así que decidí mantener su antiguo aspecto exterior e incorporarlo al nuevo proyecto. A lo largo del proceso, se reconsideró la función puramente decorativa de los ladrillos, informando una serie de decisiones de diseño. Pequeños elementos de hormigón se cortaron a las mismas dimensiones que los ladrillos y se aplicaron a la nueva fachada, creando una composición equilibrada entre el pasado y el presente. Al aplicar otro material a la fachada, estos elementos de hormigón finalmente revelan los diferentes espesores de los ladrillos viejos, creando variaciones en su superficie. A través de una operación muy simple, logramos transformar el aspecto de este edificio sin borrar su función original.
Durante el desarrollo de esta reforma, algo me recordó un proyecto secreto que construí con mis amigos durante mi infancia. Una casita de madera escondida, un lugar donde solo nosotros sabíamos dónde estaba. Nuestro proyecto secreto no tenía una función o uso preestablecido, era un espacio donde todo era posible y donde no había límite para nuestra imaginación. Algo sobre este proyecto conserva la frescura de mi infancia, ese océano de posibilidades, y estoy muy ansioso por ver cómo la gente se apropiará de este "espacio no utilizado".